Mesa de centro diseñada por Jordi Casablancas y producida por su propia firma Muebles Casablancas en los años setenta.
Facturada en madera de roble, diseño de líneas rectas en el que prioriza su funcionalidad sin perder de vista la estética y armonia del conjunto.
Representa un claro ejemplo del estilo que Casablancas desarrolló durante la década de los sesenta y los setenta: racionalismo, uso de la madera y carácter popular, marcando una época en el diseño de interiores catalán.
Además de mobiliario, Casablancas diseñó también algunos interiores y participó en la divulgación y enseñanza del Diseño como docente en distintas universidades y como miembro del FAD.